miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Cómo funcionan los audífonos?

El audífono es un aparato electrónico utilizado dentro o detrás de la oreja que facilita la recepción de sonidos a las personas con problemas de audición. Un audífono consta de tres partes: un micrófono, un amplificador y un parlante.
Los sonidos son captados por el micrófono, que convierte las ondas sonoras en señales eléctricas, el amplificador aumenta el alcance de estas y el parlante las transmite al oído.
Los audífonos son más útiles en los casos en que la pérdida de audición se haya producido por daños en las células sensoriales del oído interno, llamadas células ciliadas. A este tipo de pérdida se le conoce como pérdida de audición neurosensorial.
En definitiva, el audífono se encarga de aumentar las vibraciones sonoras que entran por la oreja, de modo que las células ciliadas detectan las vibraciones de mayor alcance y las convierten en señales neurales, que son trasladadas al cerebro.
La eficiencia del audífono dependerá de lo dañadas que estén las células ciliadas, ya que sí el oído medio está demasiado dañado, el uso del audífono no servirá para nada.
Existen dos tipos de audífonos, los audífonos analógicos y los digitales. Los analógicos se limitan a amplificar las señales eléctricas. En cambio los digitales amplifican señales binarias de modo que se pueden programar para amplificar ciertas frecuencias con lo que se adecuan mejor a las necesidades del usuario.

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